Ahora sí. No será por las provocaciones ni por las boludeces que dice para hacer calentar a los progres y sostenerse por contraste. Ahora sí se le puede hacer un juicio político y destituirlo en cuestión de días porque quedó implicado en una estafa con criptomonedas. Desde sus redes sociales Twitter e Instagram, el presidente de Argentina instó al público a “invertir” en una criptomoneda que al parecer se llama “libra”. Mucha gente lo hizo, la cotización se fue a las nubes en tan solo una hora. Cuando eso pasó, la cotización se desplomó violentamente y todos los “inversores” perdieron lo que habían puesto en esa timba. Es decir, Milei promocionó una especie de esquema Ponzi fulminante para que dos vivos se alzaran con alrededor de 80 millones de dólares en unos minutos. Eso es lo que se sabe hasta el momento. Milei es ahora oficialmente un delincuente, pero lo más probable es que la “oposición” le tire otro papelito como el de Gabriela Cerruti a Caputo para salvarlo. Milei todavía no terminó de hacer el trabajo sucio que el poder fáctico global le encargó. “Hay que darle tiempo”. Si no hubiera un pacto hegemónico tendría que reunirse el Congreso en las próximas horas por iniciativa del conductor de la oposición y destituir rápidamente a Milei. Pero no hay que ilusionarse porque la “oposición” lo es solo entre comillas y además no tiene conducción. En un país medianamente justo Milei tendría que estar depuesto el domingo y en cana el lunes.